lunes, 21 de marzo de 2011

De perritos y colas

Después de casi un mes de mi útimo post, me ha sorprendido mi pequeño muñequito, sí es mi guardián, mi consejero. Siempre está encima de mi hombro, para lo bueno pero también para lo malo. El otro dia me encuentro un desconocido en el Tan-tan (nombre comercial ya desaparecido de un supermercado de mi ciudad al igual que el Pryca y el Continente que me quedó grabado y quedará hasta que el alzheimer venga a buscarme) Como digo, el pollo altamente pesado, me aconseja votar a un partido político. Mi muñequito encima del hombro me dice:
-¿Pero que se ha pensado este plomo? Mandálo a la mierda, forro, pelotudo, andá a la conch......Y cosas así...es un poco argentino el cabroncete.
Y yo tengo que luchar entre el bien y el mal, el yin-yang, la morena o la rubia, depilada o al natural y así sucesivamente hasta enlazar con el bien y el mal en un bucle. Vicioso. Todo esto en micro segundos y sin parpadear que es lo dificil.
Otras veces, por el contrario, el muñequito te aconseja para bien y te pide paciencia frente a la adversidad, hace que ayude a cruzar la calle a las ancianas con redecilla en el pelo o avisarme que el blog de tonterías lo tengo un poco olvidado.
Pues me avisó y me propuso recordarme dos temas importantes que le preocupan y que no encuentra una explicación. No es de la crisis Libia, no. Tampoco del follón nuclear en Japón.
El primer tema candente: los perritos calientes.
Por qué regla de tres del demonio cuando me como un perrito, (comprobado con perrito solo, perrito con bacon, perrito tortillero o perrito rabioso) después de aderezar con ketchup y mostaza. Envuelves de nuevo con la servilleta , de las servilletas papel de fumar que no sirven para nada; se necesitan mínimo cinco servilletas para los dedos más cinco más para la boca y encima tu acompañante te dice, llevas mostaza en el bigote. Pordiós, el asunto es que cuando vas por la mitad de perrito, realmente llevas 40% de salchicha, 50% de bajera (el pan de abajo) y 80% de encimera. Joder.... siempre te quedas al final sin parte de arriba. Y acabas comiendo por separado o divorcio, jejeje la bajera y la salchicha.
El segundo tema: Las colas
Cualquier tipo de colas, menos las colas de langostinos, cola de rape y cola de caballo.
Me refiero a las colas de personas, que no la cola de las personas, sino a los grupos de gente que en fila y ordenada o desordenadamente hacen cola para pagar, para entrar o para pasar.
Siempre elijo la cola más lenta, con el cajero/a más torpe, con la visa que no le pasa, que si no funciona:
-Pues me ha funcionado señorita, acabo de comprar hace media hora. ¿no me dirá que no tengo crédito?
- Yo no digo eso señora cálmese.
Notas como la sangre te hierve, la desesperación y la impaciencia, ves como la vida pasa tic-tac tic-tac tic-tac.
Ese máldito plátano bananero que no han ticado. O las compresas con alas que tienen precio de oferta y no me sale.
Siempre mi cola se queda atascada mientras ves como la de tu lado y la siguiente ,van a tope. De hecho el tio de la boina que llevaba un carro hasta la bandera ya dice hasta luego por la puerta de salida.
Y nunca pero nunca, aunque tu muñeco te diga: cambiáte de cola boludo que ya estaríamos en el departamento bajando unas rubias. Nunca aunque se te vaya la vida en ello, cambies de cola. Es lo peor, en ese instante tu antigua cola empieza a arrancar y la nueva se atasca hasta tu desesperación mientras la niña repelente con brackets que te empujaba con el carro, se está riendo porque ya se marcha mascando chicle y pegándole collejas a su hermano.
La última vez en el aeropuerto, dos colas. Dos controles. Dos guardas jurados y dos cintas rayos X. Mi cinta con mi maletita a 50 cms. de la boca del escáner. bufff se para. Las guiris llevan botellas o cremas de sol o yo que sé. Se atasca y veo como le hacen abrir la maleta y a su amiga también. Y mi muñeco: cambiáte ya!! esto se hará eterno. Por mis cojones, le digo. No me mueve ni su puta madre de esta cola. Voy viendo como los de atrás se cambian a la cola de la izquierda y ya me están adelantando.. maldita sea!!! y otra vez: Cambiáte boludo!! que las guiris la arman.
Pues digo, a la mierda!!! y me cambio y me pasa. Lo juro por Dior, se queda parada y las guiris se marchan con su olor de crema solar y yo allí haciendo el gilipollas.
Y lo siento pero no tengo explicación. Casos como estos están pasando ahora mismo en cualquier supermercado, cualquier hamburguesería, o cualquier aeropuerto del mundo. Y no estoy solo.
Buena suerte.